Muy a menudo se tiende a pensar, de manera errónea, que la Satisfacción está sólo relacionada a la operación diaria, es decir, que nuestros procesos se hagan una y otra vez de manera estándar y de acuerdo a nuestros procedimientos. Lo cierto es que no siempre es así. Podemos tener los mejores procedimientos y poder repetir nuestras recetas una y otra vez y sin variación alguna pero, si a nuestros clientes no les gusta alguno de nuestros ingredientes, es muy probable que no vuelvan a nuestro negocio.
Es por ello que es indispensable poder contar con un sistema de retroalimentación constante por parte de nuestros clientes en cada una de sus visitas. Poder saber que es lo que les agrada de nuestros servicios nos ayudará a que lo que se está haciendo bien se convierta en políticas y poder saber que es lo que no les agrada nos ayudará a tomar decisiones para poder hacer adecuaciones y aumentar su recurrencia.
Con esto, no estoy diciendo que no se deben estandarizar nuestros procesos. Es muy importante estandarizarlos pero es más importante el entender las necesidades de nuestros clientes para poder desarrollar soluciones que las satisfagan de manera contundente.
Una vez entendidas sus necesidades y desarrolladas las soluciones podremos estandarizar nuestra operación, teniendo siempre el sistema evaluador de nuestras soluciones para poder adecuarse de manera ágil a los cambios que se presenten.